viernes, 21 de junio de 2019

“Hay en mi alma un pozo muerto, donde no
se refleja el sol, y del que huyen los pájaros
con terrores de virgen ante un misterio de
cadáveres.

Mi alma es un palacio de piedra, donde habitan los ausentes,
trayéndome la sombra de
sus cuerpos para alivio y compañía de mi
vida.

Mi alma es un campo desbastado donde el
rayo quemó hasta las raíces, y donde no
puede florecer ni el cardo.

Mi alma es una huérfana loca, que anda de
tumba en tumba buscando el amor de los
muertos.

Mi alma es una flecha de oro perdida en un
charco de fango.

Mi alma, mi pobre alma, es una ciega que
marcha a tientas sin apoyo y sin guía”.


“Nada tengo, nada dejo, nada pido. Desnuda como nací me voy, tan ignorante de lo que en el mundo había. Sufrí y es el único bagaje que admite la barca que lleva al olvido”

jueves, 6 de febrero de 2014

cada vez que me dicen que soy una gran persona
siento el impulso de estrangular a alguien
y acumulo bondades como un muerto de hambre
con todo el oro del mundo, en este mundo perdido

cada vez que me sonríen se que ya no hay nada
y que de todo esto, sólo saco una sonrisa
mientras ignoro, mas de lo que ignoran todos
que los infortunios de la virtud, sí existen

cada vez y una vez más logré evitar ser un mártir
porque al matar a mis víctimas deliciosas
sin que nadie lo descubra, ni siquiera ellas
salgo tan malherido que la gente se apiada de mí

otra y otra vez me doy cuenta, que para todos
y para siempre, somos la  silueta sola y vacía
contra la adversidad invisible de reírte sin parar
pero nadie lo sospecha, porque no se discute

he estado acá, contándoles e intentado decirles
que ante todo, todos, soy una buena persona,
tanto para creer que el lado bueno de mi humanidad
ya casi llegó a su punto máximo de verdad, fin.
está tan cerca la muerte a esto que habita en mí

ya casi por completo todo se ha desvanecido
las luces me ensordecen, he masticado tanto el buen camino
que se por qué las convulsiones, y mi falta de apetito
atosigado estoy de tanta bondad y buenos actos que a pesar
de haberlos cometido, siento que son ahora, en mi contra

de mí y para mí, como ha sido siempre
y ya no se que es lo que me desconcierta

el hecho de que la vida útil de mis buenos actos
está llegando a su fin, oh que me he dado cuenta que siempre
he interactuado, con tan solo una persona, la misma que me dicta
y que a la vez escribe, en forma suavizada y temblorosa

domingo, 9 de diciembre de 2012

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisonjera;
mas no de esotra parte en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un dios prisión ha sido;
venas, que humor a tanto fuego han dado;
médulas, que han gloriosamente ardido:
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.







El hombre nace rebelde. Su naturaleza le repugna. El hombre ansía una inmanencia divina. El mundo entero sería el cuerpo insuficiente de su implacable anhelo.

Pero el hombre no es la única ilimitable codicia de vida. Todo, en el universo, imperializa; y cada existencia singular ambiciona extenderse a la totalidad del ser. El animal más miserable, entregado sin prohibiciones a su fiebre, coparía el espacio y devoraría las estrellas. En los charcos de los caminos hay efímeros organismos que contienen la virtual posesión del cielo.

Ningún límite es interior al ser; ninguna ambición se recusa a si misma. Toda renuncia nace de un obstáculo; toda abstención, de un rechazo. El universo es un sistema de limitaciones recíprocas, donde el objeto se construye como una tensión de conflictos. La violencia, cruel ministro de la limitada esencia de la cosas, impone las normas de la existencia actualizada.

Pero si la intervención de ajenas presencias amputa y trunca infinitos posibles, nuestra alma escuálida sólo es capaz de una fracción de los actos que sueña. Todo el mundo es frontera, término, fin.

Nuestro terrestre aprendizaje es un desposeimiento minucioso. Cada atardecer nos desnuda. Nuestra ambición persigue decrecientes pequeñeces. Vivir no es adquirir, sino abdicar.

Todo es reto para que nuestra impotencia se conozca; todo es barrera para que nuestra debilidad se advierta y se admita. Entre nuestra avidez y el fruto que la sacia, una breve distancia extiende un espacio igual al infinito. Nuestro más hondo deseo es nuestra imposibilidad más segura. Nuestra vida se deshace en cada uno de sus gestos, abandonando al limbo innúmeros abortos. Vivimos ahuyentando larvas que apetecen nuestra sangre.

Nuestro destino es la presión que ejerce la pétrea abduración de una muerta libertad; cada elección obstruye las direcciones no elegidas; en cada uno de nosotros gimen los abogados fantasmas que no fuimos.

La opción impasible y lívida preside todo instante. Anhelamos aunar y confundir en una posesión simultánea objetos antagónicos, pero la implacable exigencia de actos coherentes divide y lamina nuestra avidez de monstruosas conjunciones. La incompatibilidad de satisfacciones contrarias anula el delicioso desorden de nuestros apetitos.

Pero si la simultaneidad nos delude, el tiempo nos veda un cumplimiento sucesivo. Todo acto es fecundo, y nadie puede abolir sus consecuencias (…)


"¡Ah mujer, perfecta mujer! ¡Qué distracción
aludió a la humanidad cuando fuiste hecha un demonio!"























Ahora que todo acabó, tengo paz para medir tu valía;
aunque si mereces elogio o censura lo ignoro.
Quien desdeña al amado, desdeña al amante;
pero...qué hombre elogia lo que de sí apartó?

Si eres, ciertamente, vana y necia, la nada en forma humana,
tanto más necio fui por adorarte.
Pero si eres la alta diosa por la que antaño te tuve,
cuanto más sublime tu divinidad sea, más terrible mi pérdida es.

Querida necia, compadécete del necio que te creyó sabia;
querida sabia, no te burles del necio que te dejó escapar.
Bien justo: el ciego ha perdido para siempre tu rostro;
bien injusto: cómo podía contemplarte mientras te besaba?

Por tanto... el pobre amor del necio y el ciego te he demostrado,
pues, vana o diosa seas, fue un necio quien te amó.




Soledad vil y cruel
Mi  amante nociva
Hasta mi sombra te rechaza,
Tú sufres con mi ausencia
Como yo con tu presencia
Inescrutable paradigma
Soy mi único fervor
Mi amante nociva
Hasta mi sombra te rechaza,
Yo sufro con tu ausencia
Como tu con mi presencia
Inescrutable paradigma
Hasta mi sombra te rechaza
Tú sufres con mi ausencia
Como yo con tu presencia
Yo(...) sufrimos con mi ausencia
Como nosotros tu presencia
Cruel y vil Soledad. 

martes, 28 de agosto de 2012

Ese cadáver no durará para siempre
Esperar su sabor supremo,
Artificios de la podredumbre
O conformarse a vagas penas
Con la sangre aún tibia
En tirajas de semi conciencia.
Tu cadáver no durará para siempre;
Su mirada desengañila mi figura,
Y abstrae en mi las saudades.
Ver tus ojos sin brillar ahora,
Conformarme con denotado estupor,
Tus espasmos letárgicos.
¡No! fuimos nunca para siempre.

domingo, 20 de mayo de 2012

What shall I do the while? where bide? Hew hve?
Or in my life what comfort, when I am
Dead to him?
Y sus gritos de lamentación volvieron a destrozar el atardecer en fragmentos pétreos que se diseminaron por la tundra, contristando el ánimo. Venciendo mi propio dolor físico y no poco impresionado por aquel cambio tan brutal y sobrecogedor, alcancé a pronunciar algunas palabras de conmiseración, mientras el gigantón seguíame llamando "padrecito" y pidiéndome que lo liberara de aquella horrible pesadilla. Poco a poco y fragmentadamente conseguí, al fin, atar cabos y reconstruir lo sucedido, cuyo origen se remontaba a unos dos años. Luego de un sangriento asalto a una de tantas poblaciones, de entrar a sangre y fuego y de cometer los consabidos forzamientos, violaciones y degüellos, una noche de ésas en que cayera totalmente exhausto, doblegado por el alcohol y la lujuria. Twan Kassar había tenido un sueño, una horrible pesadilla. Se encontraba realizando una de sus feas y acostumbradas tareas de violación, degüello y cercenamiento de una mujer cuando ésta, de pronto se convirtió... ¡en su madre! Y la cabeza recién tronchada, luego de maldecirlo mil veces por su brutalidad y crueldad, le hizo una horripilante advertencia.
-"El día que entre tus víctimas encuentres una mujer embarazada, quedará señalado como el de tu espantoso fin... Siete veces siete habrán de cumplirse las Lunas Negras y entonces tu cuerpo será desmembrado y pedazo a pedazo los restos aún con vida serán arrojados a los perros. ¡Ese será tu castigo, hijo de la Furia engendrada por el Odio!"
Tal había sido el espantoso anatema. Y aquel gigante con alma de gnomo, en su ignorancia y llevado por la torpe, enfermiza y milenaria superstición de su raza, aplastado por el miedo, durante varios meses había evitado cometer desmanes... Pero la necesidad de satisfacer sus bajos e irreprimibles instintos y envalentonado por la idea de que atropellando solamente a mujeres jóvenes y solteras no corría el peligro de tropezarse con una mujer embarazada, le instaron a volver por el rojo sendero.

martes, 6 de marzo de 2012

Y ¿por qué todos los insectos quieren penetrar mis fauces? ¿Tan solo ellos son capaces de ver la infección que me corroe?
El rumor que (ya se esparció en la cordillera que el buitre rey está tras la huella de mi podredumbre y devorar mis blandas zonas) ya no me empavorece.
La naturaleza muerta que ruega con clemencia que la inunde de mi fibra, pérfida y andante pero no entiende que soy menos orgánico que la gama de excrementos de malaventurados animalillos y sus hedores secos, translúcidos al sol.
La llama dejó de herirme como el hielo a mis inicuos huesos, escondido en donde el sol olvidó hace un tiempo salir y la sombra fue la última en hacer metamorfosis cubriéndose toda de estela y dentro de la hora, en donde ya no acusan los meridianos y no existe el tiempo, en algo así como cada 3 días a lo que en tiempo conocemos, la sombra que habita es la única coronada y se viste de novia llenita de su estela y un espectro boreal para bailar sola en la eterna espera pero aquí hasta la evolución se ve cautivada y seducida por la soledad, y como era de esperar, una clase de humanos, de una forma que sólo ante los destellos del baile de la sombra se ven aparecer con la tarea principal de la humanidad, esos humanos que surgieron ante el vacío siguen con la misma esencia y su único placer es destruir la felicidad ajena, y se ve como a jirones esos insectos destartalan cualquier rastro de fantasía que alguna vez habitó en la sombra, pero antes que notaran mi presencia ya era tarde, mi hedor fue tal, que el rey de la cordillera el sumo buitre, el Cóndor, tomáseme con su pico a volar entre montañas y mis párpados marchitos en contacto al viento volaban como ceniza y en la cima del alpe más alto, este señor imperioso de negro vestir, me revela que su intención no es devorar mi carne descompuesta, si no que me revelará el camino a la verdad, ya en esta cima en donde el ruido parecía desaparecer y las nubes intentaban robar lo que hallasen en tus bolsillos, me dice que sólo hay un camino, el del Cóndor, y es tirarse sin miedo (a sabiendas que mis alas dejaron de cumplir su función hace demasiado) de la cima más alta que cumplía de escenario donde encontré la felicidad, y morir contra el choque de las piedras inmediatas para así retornar a la suma vida que me acaería, el de negras plumas y pecho de sangre se tiró y acabó la historia entre rocas y ruidos olvidados.

miércoles, 1 de febrero de 2012

¿Por qué esta tormenta y por qué la parálisis de mis dedos? ¿Es un aviso de lo alto para impedirme escribir y para que considere mejor a lo que me expongo, si destilo la baba de mi cuadrada boca? Pero esa tormenta no me atemoriza. ¡No me importaría un ejército de tormentas! Esos agentes de policía celestial cumplen celosamente su penoso deber, si juzgo, de manera sumaria, por mi frente herida. No tengo por qué agradecer al Todopoderoso su notable destreza. Envió el rayo de la manera precisa para cortar en dos mi rostro partiendo de la frente, lugar en el que la herida ha sido más peligrosa ¡que otro lo felicite! Pero las tormentas atacan a quienes son más fuertes que ellas. ¡Así pues, horrible Padre Eterno con apariencia de víbora, ha sido necesario que, no contento con colocar a mi alma entre las fronteras de la locura y los pensamientos furiosos que matan lentamente, hayas creído, por añadidura, después de maduro examen, que conviene a tu majestad hacer salir de mi frente una copa de sangre!... En fin, ¿quién te lo reprocha? Sabes que no te amo sino que te odio: ¿por qué insiste? ¿Cuándo dejará tu conducta de envolverse en las apariencias de lo extravagante? Háblame francamente, como a un amigo ¿es que no sospechas que tu persecución odiosa delata una prisa pueril, cuyo completo ridículo ninguno de tus serafines se atrevería a señalar? ¿Qué cólera te posee? Sabes que si me dejas vivir fuera de tu alcance, tendrás mi agradecimiento... Vamos, Sultán, líbrame con tu lengua de esa sangre que mancha el entarimado. Ya esta hecho el vendaje: restañé mi frente con el agua salada y crucé con vendas mi rostro. El resultado no es gran cosa: cuatro camisas y dos pañuelos empapados en sangre. Nadie creería, a primera vista, que Maldoror tuviera tanta sangre en sus arterias, pues, en su cara, sólo brillan reflejos de cadáveres. Pero en fin, así es. Quizás es casi toda la sangre que puede contener su cuerpo y es probable que ya no le quede mucha. Basta, basta perro hambriento, deja ya el entarimado; tienes repleto el vientre. No debes continuar bebiendo, pues no tardarías en vomitar. Estás ya razonablemente harto, vete a acostar a la perrera, considérate  nadando en la felicidad ya que no pensarás en el hambre durante tres inmensos días, gracias a los glóbulos que has engullido por tu gaznate con una satisfacción solemnemente visible.

martes, 24 de enero de 2012

Pues también yo me bajo
-señorita- sin aquél arduo
estupor
innato arrebato
en que su mirada sucumbió
movimiento autómata
de índole insaciable
argumenta -indescifrable-
a las vez lo inevitable
el descenso llegó
en camino, encaminados
del mismo camino
desencaminó
ni ahora ni antes
pero propia elección
ella tomó
vibraciones ecuación
somos todos
pero el cuchillo
con el que fuimos cortados
no fue igualado.
Ya no hay razón

jueves, 19 de enero de 2012

Y mientras que los reyes, felices y aciagos,
Augustos y triunfantes participan en fiestas,
Las bestias de las tumbas acuden a la cita:
El fuego, el quebrantahuesos y el pigargo rojo,
El terrible azor, el milano, la feroz golondrina
Vuelas hacia el osario...


- ¿Donde están, palabras?-
¿De quién se esconden?

¿Por qué no salen de mi mente,
porque fluyen de sombra a sombra
alborotadamente, sin dar rastro alguno?

-¿Qué química incongruente, en mi cerebro?
¿Los esconde demasiado bien?-

pero se entre amontonaban,
en la precisión capciosa del infortunio.

Las arañas.

Aquellas imágenes que invoqué,
para lograr disipar mis ansias,
solo tornaban en azul amarangado[sic],

ténue.

Aciago perdurando en la virtud,
esa escondida vicisitud.

Solo hay arañas.
No son más que diez.

Aquellas que perduran
en contrastes de amarillos
y ligeros puntos negros,
parpados entreabiertos
entre el miedo a los cuadros,

O lo que hay tras de ellos
sigilosos de figuras-sombras,
aquellas,
que desafinan mis pasos,

Después de todo un juego de ellas
donde sólo logro pintar mi pie,
seguido de mi pie.

miércoles, 18 de enero de 2012

Después de varias horas los perros, agotados de correr sin rumbo, casi muertos, sin saber lo que hacen, se desgarran en mil pedazos con rapidez increíble, No hacen esto por crueldad. Un día, con los ojos vidriosos, mi madre me dijo: "Cuando estés en tu lecho y escuches ladrar a los perros en la campiña, escóndete bajo tu manta, no te burles de lo que hacen: tienen sed insaciable de infinito, como tú, como yo, como todos los humanos de largo y pálido rostro. Te permito, incluso, colocarte ante la ventana para contemplar ese sublime espectáculo". Desde entonces respeto el deseo de la muerta. Y, como los perros, sufro la necesidad del infinito...