jueves, 6 de febrero de 2014

cada vez que me dicen que soy una gran persona
siento el impulso de estrangular a alguien
y acumulo bondades como un muerto de hambre
con todo el oro del mundo, en este mundo perdido

cada vez que me sonríen se que ya no hay nada
y que de todo esto, sólo saco una sonrisa
mientras ignoro, mas de lo que ignoran todos
que los infortunios de la virtud, sí existen

cada vez y una vez más logré evitar ser un mártir
porque al matar a mis víctimas deliciosas
sin que nadie lo descubra, ni siquiera ellas
salgo tan malherido que la gente se apiada de mí

otra y otra vez me doy cuenta, que para todos
y para siempre, somos la  silueta sola y vacía
contra la adversidad invisible de reírte sin parar
pero nadie lo sospecha, porque no se discute

he estado acá, contándoles e intentado decirles
que ante todo, todos, soy una buena persona,
tanto para creer que el lado bueno de mi humanidad
ya casi llegó a su punto máximo de verdad, fin.
está tan cerca la muerte a esto que habita en mí

ya casi por completo todo se ha desvanecido
las luces me ensordecen, he masticado tanto el buen camino
que se por qué las convulsiones, y mi falta de apetito
atosigado estoy de tanta bondad y buenos actos que a pesar
de haberlos cometido, siento que son ahora, en mi contra

de mí y para mí, como ha sido siempre
y ya no se que es lo que me desconcierta

el hecho de que la vida útil de mis buenos actos
está llegando a su fin, oh que me he dado cuenta que siempre
he interactuado, con tan solo una persona, la misma que me dicta
y que a la vez escribe, en forma suavizada y temblorosa

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